2019

 2019


SIEMPRE hay quien cree que no se puede estar peor, que no se puede caer más bajo, que se ha tocado fondo. Pero la realidad es tozuda y nos demuestra que eso no es así. Y el final del año 2018 en Andalucía nos ha querido llevar al borde de un precipicio que creíamos que ya habíamos pasado para siempre. Ahora tenemos a herederos del franquismo sentados en el Parlamento de Andalucía y condicionando cada día nuestras vidas gracias al pacto de PP y Ciudadanos. El nuevo año 2019 arrancará con un gobierno de PP y Ciudadanos dependiendo cada minuto de la extrema derecha en Andalucía. Y es que en democracia cada persona tiene el poder de su voto pero una vez echado en la urna las consecuencias pueden resultar demoledoras. Ya pasó con aquellos que empezaron por dar su voto al partido Nazi alemán y terminaron por ver a su Alemania reducida a cenizas por aquel Hitler que un día los engañó con sus cantos de sirena y una simple ideología de banderas.

EL PP de Pablo Casado y Juanma Moreno Bonilla no tiene escrúpulos de ningún tipo. Ha quedado evidenciado por los tribunales de justicia que es una organización podrida por la corrupción desde Valencia a Madrid, desde Murcia a Galicia, que a diario se enfrenta a terribles novedades en las muchísimas causas pendientes y las últimas que se van conociendo e investigando en estos días: hasta llegaron a pagar con fondos del Gobierno de España al chófer de Bárcenas para robarle papeles comprometedores contra el PP y hasta las conversaciones con Mariano Rajoy. Y todo esto mientras a los españoles se les ahogaba con medidas anticrisis y recortes. ¿Qué se puede esperar de un partido que ha llevado la práctica mafiosa a las acciones de gobierno en las instituciones? Tratan de sobrevivir a cualquier precio mientras se desangran electoralmente entre Ciudadanos y VOX.

PERO en la prueba del algodón en Andalucía no sale mejor parado Ciudadanos. Un partido que supuestamente venía a regenerar la vida democrática desde el centro político pero que se ha unido a la ultraderecha de VOX. Y es que en cuanto ha podido tocar poder ha permitido en Andalucía que regrese a las instituciones la ideología fascista que quedó sepultada durante la Transición en España. Cuarenta años atrás en libertades y derechos a cambio de coger un sillón en la Junta. Su vergonzoso idilio con VOX que alarma a sus socios europeos por pactar con la ultraderecha que se expande por toda Europa. Hasta Manuel.Valls, su fichaje estrella, habla públicamente del gran error que supone ese pacto de PP, Ciudadanos y VOX y que es preferible perder un gobierno como Andalucía a permitir que pase la derecha extrema racista y xenófoba por las consecuencias a futuro para España. Nadie en Europa quiere pactar con partidos de ultraderecha por el riesgo de blanquear su discurso y propagarlo entre la ciudadanía. En Francia o Alemania tienen muy vivo el recuerdo de las 50 millones de víctimas que el nazismo y el fascismo dejaron en Europa. Mientras aquí Ciudadanos les allana el camino sin escrúpulos. No se puede ser más irresponsable y las consecuencias las pagaremos todos los españoles.

PERO el cortoplacismo de Casado y Rivera no lo va a frenar nadie. Su única estrategia es el tensar la sociedad, romper la convivencia y sembrar odio entre los propios españoles con discursos incendiarios. Y ellos han sido los artífices de estos pactos con el diablo que han empezado en Andalucía para alcanzar el poder sin oír las advertencias sobre las consecuencias que pueden generar en España. A cada paso más griterío y dos litros de veneno más sin ser conscientes del daño que están haciendo a nuestra sociedad o, lo que es peor, siendo claramente conscientes pero sin importarles más allá de su propio interés personal y político. Hacen falta políticos de verdad y de política en mayúscula para la situación actual y desgraciadamente no existen esos dirigentes en la derecha española.

Y en cuanto al final de 2018 en nuestra ciudad, acaba con una foto para el desbloqueo de los Presupuestos del Ayuntamiento de Málaga para el año 2019 entre el alcalde De la Torre y el portavoz de Ciudadanos. Una escenificación de una tomadura de pelo que parecía una carta a los Reyes Magos. Supuestamente encierran unos avances en proyectos de ciudad que no existen más allá de los titulares de prensa. Unos números totalmente ficticios e irreales con unas inversiones que apenas se cumplen más allá del 20% y así año tras año. ¿De qué ha servido tanta palabrería de los presupuestos pactados entre PP y Ciudadanos estos últimos años, de unos números que no se han llegado a ejecutar?

EL futuro de nuestra ciudad depende de lo que ocurra en las elecciones municipales de mayo de 2019. Es evidente que el Ayuntamiento de Málaga necesita un cambio para que los avances lleguen a los barrios y a la gente. Se necesita airear nuestro Ayuntamiento abriendo puertas y ventanas de nuevas ideas y oportunidades. Mi esperanza para 2019 es que nuestro voto como malagueños sea pensando y mirando a nuestro futuro y no sea un arma disparada de manera poco responsable que se acaba volviendo contra todos nosotros.

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