El 22 de mayo los ciudadanos estamos convocados nuevamente a las urnas. Un nuevo ejercicio democrático de nuestro estado de derecho que tantos sacrificios a la sociedad española costó conseguir. Es el momento de elegir a los representantes políticos en nuestros municipios. Hasta el día 22 de mayo, las fuerzas políticas que concurren a las eleciones, deberán explicar a los ciudadanos propuestas, modelos de futuro para nuestros municipios, pueblos y ciudades.
La Administración Municipal es la más cercana al ciudadano pero no por ello es menos importante. Las elecciones para renovar nuestros ayuntamientos suele contar con una menor participación por parte de la ciudadanía. Los ciudadanos nos preocupamos menos a la hora de elegir los dirigentes de nuestros Ayuntamientos que lo que hacemos en otras convocatorias como las del Congreso de los Diputados o los Parlamentos de las CCAA. Pero no acudir a nuestra cita con la renovación de las corporaciones locales es dejar que otros decidan por tí en aspectos fundamentales de nuestra vida diaria y de nuestro futuro.
Los municipios tienen competencias en aspectos cotiadianos y fundamentales en nuestras vidas, unas compartidas otras delegadas y algunas de responsabilidad propia. Son los municipios los que diseñan nuestro modelo urbanístico de ciudad, de la limpieza, de servicios básicos como agua, saneamiento, limpieza, alumbrado, tráfico, seguridad. Otras cuestiones fundamentales en nuestras vidas se prestan también desde los gobiernos de nuestras ciudades como la promoción de vivienda pública, la responsabilidad de preparar nuestra oferta cultural y deportiva, de prestar servicios sociales y de la promoción de actividad empresarial y del empleo.
Ante los programas electorales del PSOE, el PP pretende eludir el debate de la gestión que se ha realizado al frente de los ayuntamientos, no quiere que los ciudadanos conozcan las alternativas de políticas y modelos que presentan los distintos partidos. Le roban a los ciudadanos el legítimo derecho a conocer, a debatir las propuestas de su administración más cercana, de las que les gobierna el día a día.
El PP ha planteado una campaña basada en la desmovilización del electorado y en plantear esta campaña como un referendum sobre las políticas del Gobierno Central. El PP pretende que el ciudadanos castiguen a los socialistas en los ayuntamientos, pero los ciudadanos tienen que saber que ese castigo que pide el PP va contra ellos mismos, contra sus familias, contra su futuro.
La derecha española nunca ha creido en la descentralización administrativa, de ahí que nunca se hayan preocupado de cuestiones como la financiación de los mismos o la transferencia de competencias para que sean gestionadas desde el ámbito local.
El PP nunca ha querido los ayuntamientos de la provincia de Málaga más allá de utilizarlos como plataforma de poder, unas veces para intentar alcanzar la Diputación Provincial, en las contiendas perdidas de Arenas para alcanzar la Junta de Andalucía. El PP malagueños siempre ha puesto el Ayuntamiento de la ciudad de Málaga al servicio de intereses oscuros, redes clientelares o un amiguismo empresarial que resultan alarmantes y sin ninguna transparencia en la gestión de los recursos públicos.
Y como aquella acertada cita y aplicada a nuestro ayuntamiento: Si tu no decides tu futuro, otros lo harán por tí.
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