Un nuevo reconocimiento a las victimas de la represión franquista

"Nuestros valientes legionarios y Regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre?. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen
"Ya conocerán mi sistema: Por cada uno de orden que caiga, yo mataré a diez extremistas por lo menos, y a los dirigentes que huyan, no crean que se librarán con ello: les sacaré de debajo de la tierra si hace falta, y si están muertos los volveré a matar". 

Discurso de Queipo de Llano el 23 de julio de 1936

Podrían servir esas palabras de Queipo de Llano como ejemplo de lo que sufrieron las mujeres sometidas al régimen franquista o quizás el enlace con testimonios y fuentes que se adjunta de una publicación reciente de la doctora Barranquero sobre la represión a las mujeres y se acompaña de fuentes para ampliar sobre su conocimiento.

Pero hay personas que se merecen que se escriban unas líneas por su dignidad, un reconocimiento al sufrimiento al que fueron sometidas por un gobierno de su País que debía haberlas amparado.Al parecer de nada sirven los aprendizajes que encierran cada historia de vida de personas, con nombres y apellidos y por siempre anónimas obligadas al silencio y al olvido.

Los dirigentes del PP no han dudado en arremeter duramente contra la iniciativa de la Junta de Andalucía de reconocer aquellas mujeres que sufrieron vejaciones, torturas, violaciones además del miedo, el silencio y el olvido impuesto por la dictadura franquista.

María Dolores de Cospedal y Javier Arenas Bocanegra han sido algunos de los protagonistas populares de discursos que rayaban la intolerancia y dejaban en un segundo plano el hecho que se reconoce en la medida adoptada la represión brutal contra madres, esposas, hijas, represaliadas, exiliadas o fusiladas por el régimen franquista. Un número desconocido de mujeres que se vieron sometidas a todo tipo de humillaciones públicas, a sacar adelante a sus familias en solitario, a violaciones. Un indescriptible horror para vergüenza de nuestra historia como nación. Y dice el número dos de Esperanza Aguirre, Francisco Granados "que está absolutamente superado y que le parece de vómito". "Los socialistas están obsesionados por el pasado" y un sin fin de palabrería de Arenas para dar por zanjado el asunto sin querer entrar en el fondo de la cuestión.

Estamos acostumbrados tristemente a declaraciones y acciones de gobernantes o dirigentes del PP que se consideran herederos o rehenes de la dictadura franquista como ponen de manifiesto en algunas de sus actuaciones e intervenciones  públicas.

Resulta lamentable que continuamente haya que recordar que los valores de nuestro sistema de derecho  basados en la libertad y en la igualdad no tienen nada que ver con los valores impuestos por las armas y sobre la vida de cientos de miles de españoles represaliados y exiliados por el régimen franquista.

En casos como éstos me pregunto por qué nos escandalizamos cuando la derecha intolerante entra en los parlamentos europeos como el francés o el sueco.¿Qué ejemplo damos los representantes públicos en defensa de los valores que hacen grande nuestra constitución y la convivencia en paz de los españoles?

La derecha española debería hundir sus raíces en partidos de la restauración, en personajes como Cánovas, Maura, Sagasta incluso en partidos democráticos conservadores de la segunda República. No voy a ser yo quien les guie en ese proceso de reencontrase o de buscarse un acomodo ideológico,  pero no puede seguir cautivo de los regímenes totalitarios, de las dictaduras que asolaron el siglo XX español. 

Estoy seguro que no lo comparten la mayoría de sus votantes ni de sus afiliados, gente educada en libertad,  comprometida con España y su estado de derecho, pero tampoco deberían permitir y censurar que los ultras sean los que ocupen los espacios de poder interno y sean los que gocen del altavoz ante la opinión pública  por salud democrática en España.
No es anecdótico que algunos se nieguen a aplicar la Ley de la Memoria Histórica, ni es anecdótico que se nieguen a sustituir calles y monumentos dedicados a los artífices del golpe de estado y posterior dictadura. Igual que no es anecdótico para nuestra democracia que en numerosas ocasiones asistimos a declaraciones públicas, incluso en sede parlamentaria, de dirigentes del PP que ponen en valor acciones de la Dictadura como aquello de Esperanza Oña sobre la situación del campo andaluz.

El PP de Zaragoza se ha negado a sustituir el nombre de Primo de Rivera de un parque e vez de apoyar el reconocimiento a José Antonio Labordeta, poeta, profesor, cantautor y diputado que cuenta con todos los honores de haber defendido una España libre, en igualdad y democrática.

Nuevamente pierden una ocasión para desligarse definitivamente de una de las etapas más duras y dolorosas de la historia de España, reconociendo aunque sea testimonialmente a esas miles de mujeres andaluzas  que aún viven y que nunca tuvieron nada más que el dolor, el olvido, el silencio y la humillación por parte de una dictadura impuestas por las armas.

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