Antonio García Duarte, un compromiso socialista

En el Comité Provincial del PSOE de Málaga se rindió un sentido homenaje a Antonio García Duarte, coincidiendo con el primer aniversario de su fallecimiento.

Hace muchos años que tuve la ocasión de ver pro primera vez a García Duarte. Fue en el XXXV Congreso del PSOE, en el que se eligió por primera vez a José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general de los socialsitas. Antonio y su mujer estaban en la zona habilitada para invitados de libre acceso y allí estaba yo como miembro de las juventudes socialistas. A la salida de un ascensor, con dificultades de movilidad y con poca visión, los reconocí y los saludé. Les pregunté si le comunicaba su presencia a los organizadores para que lo situaran en la zona de protocolo. Rechazaron mi ofrecimiento, me dieron muchos recuerdos para su Málaga, y agradecieron mi atención. Nunca quisieron perderse una cita con el PSOE, con sus ideales a los que habían dedicado su vida. Solos, sin protocolos, sin reclamar lo que en justicia el PSOE le debía, situarlos en un lugar preferente.

Esa humildad es la misma que me encontré cuando tuve la fortuna de organizar la entrega de la medalla de oro de la ciudad de Málaga a su persona, a su trabajo, al compromiso de los miles de malagueños que sufrieron prisión y muerte en la defensa de la libertad. Antonio vino a Málaga con su familia, no quiso que su presencia ocupara el tiempo de sus compañeros ni en recibimientos, ni siquiera en la búsqueda de su hotel. Nada solicitó. Estáis demasiado ocupados como para que yo supunga una carga más.

Así era Antonio, generosidad y agradecimiento a su partido, a su compromiso político, a su país. No escuché de su boca un reproche ni un lamento aunque permaneció en el exilio durante más de 25 años, aunque fusilaran a su padre, aunque padeció persecuciones, torturas, cárcel. Todo era concordia. La lucha por los demás, por la libertad, por la igualdad, por la justicia marcaron su vida, sus ideas. Hombres como Antonio sentaron las bases de lo que la España democrática ha conseguido, sin reclamar su sitio en la historia.


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