Un nuevo destino

Unos momentos antes de partir unos días de vacaciones me reencuentro con mi blog. Lo hago desde casa, no quiero hacerlo desde el aeropuerto. No me considero tan importante ni mis reflexiones y vivencias dignas de hacerlo. Aeropuerto, por cierto, que visito menos de lo que me gustaría. La política municipal te ancla a los ciudadanos y al territorio. Un deber moral que te hace ver poco más allá de las necesidades diarias y que para pensarlo tienes que tomar aire, elevar tu mente, salir de la calle y captar imágenes aéreas, radiografíar el territorio para ver las oportunidades y posibilidades de tu propia ciudad.

Maletas preparadas con lo imprescindible. Casi siempre persiguiendo el verso de Machado. La cámara y la voluntad de aprender, de conocer, de descubrir. No me llevo el portatil, ni me molestaré en buscar ordenandores. Sólo noticias. Como siempre noticias, y si fuese posible las cincuenta horas del día. El placer de seguir atado a mi día a día. De saberse informado, de pensarse ocupado.

Unos versos de Borges que lo explican con la dureza y dulzura de la palabra

Nadie rebaje a lagrímas
o reproches
Este milagro, de la maestría
de Dios,
que, con magnífica ironía,
me dio a la vez
los libros
y la noche.

En una semana tengo una cita con mi blog y espero que los aeropuertos sigan representando la libertad, como en otras épocas lo fueron los trenes "El hombre que miraba pasar los trenes" de G. Simenon.

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