Hammamet, Túnez, Cartago.













La semana que pasamos en Túnez fueron una mezcla de olores y colores desde el desierto a las costas del Mediterráneo. Cantos del almuecín a los rezos en las mezquitas sobre las casas bajas y tejados planos te sitúan en la Málaga del siglo XIV.

Pese a la barrera del idioma pero con la compañía de 3 chicos catalanes y un argentino nos sumergimos en una excursión de dos días por las puertas del desierto del Sahara hasta la ciudad de Tozeur, en la frontera con Argelia. Dromedarios, salinas kilométricas de aspecto lunar, paisajes con puestas de sol inabarcables, oasis que dan vida en mitad de la nada.

Contraste con la realidad de los zocos de las medinas de Hammamet y de Túnez. Mercados cargados de toda clase de artículos de artesanía, de frutas y verduras, de especias y de regateos innecesarios en la cultura occidental.

Acabas cansado de regateos con cachimbas, tambores de cerámica, harissa o azafrán. La mayoría de los productos puedes comprarlos en cualquier supermercado de la zona sin necesidad de participar de lo que acaba por convertirse en un suplicio. Cuando hace unos días dijeron que algunos comercios en España permitían el regateo, directamente me puse a temblar.

Sidi Bou Said es otro destino obligatorio si visitas la capital del país, sobre una colina de casas blancas destacan sus quicios de vanos de un azul eléctrico, sus centenares de pequeñas tiendas y pequeños bares, sus entramado de callejuelas imposibles.

Turismo cultural con visitas a la mezquita de Kairuán, una de los centros sagrados del Islam, al Museo del Bardo, a los restos de la antigua Cartago o al maravilloso anfiteatro romano de El Jem, en un estado de conservación admirable.

Si te limitas a la zona costera es muy parecida a nuestro Mediterráneo con lo que debes incluir algunas actividades por tu cuenta para poder asimilar la riqueza que encierra Túnez.

Unos precios muy asequibles, un trato y un servicio exquisito y la amabilidad de la población fueron otros aspectos a destacar. Este año que nuevamente nos quedamos para reservar viaje a última hora casi nos tenemos que meter en Tunisair otra vez camino de Túnez. Habrá que repetir una experiencia que supo a poco.




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