García Márquez y Vargas Llosa

A Mario Vargas Llosa hace sólo unos pocos años que lo descubrí. Aunque no suelo ser sectario en mis lecturas y me gusta deleitarme con cualquier libro que cae en mis manos, sus opiniones políticas sobre las necesidades de la población en América latina me alejaron de sus escritos.
Creo recordar que lo primero que leí fueron "Los cachorros" y "Lituma en los Andes", de éste último he de confesar que me atrajo el nombre de manera especial. No soy crítico literario, ni pretendo serlo, pero para mi resultó un regalo inesperado "El paraíso en la otra esquina". Su buen recuerdo me acercó a otros libros suyos, que fueron igualmente degustados y que me supieron a poco. "La fiesta del chivo", "Las travesuras de la niña mala" y muchas risas provocadas por las ocurrencias y desventuras de "Pantaleón y las visitadoras", lo consagraron como autor de cabecera.
Es curioso, mi memoria es bastante endeble, incapaz de retener personajes, historias, ni títulos de libros que he leído; pero cada vez que paso junto a los estantes y veo alguno de sus libros o los de Gabriel García Márquez las neuronas de la placidez en mi cerebro se activan, surge una sonrisa rememorando aquellas breves horas en la que fui transportado a otros tiempos y a otros mundos.

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