Una campaña atípica

 Una campaña atípica


EN la época de la inmediatez en la que vivimos ya suena a prehistoria hablar de lo acaecido en la Semana Santa de Málaga con la creciente privatización del espacio público en beneficio de unos pocos. Y es que en Málaga no aprendemos. Tras conseguir que se prohíban los circos con animales ahora vienen unos pocos con el equipo de gobierno del Ayuntamiento a la cabeza a enjaular a los malagueños para impedirles disfrutar de los tronos en las calles. Hay fotos de esta Semana Santa tras esas vallas que duelen el alma.

TAMPOCO cabe ya hablar del 115 aniversario del nacimiento de la filosofa María Zambrano que se cumplió el lunes. Demasiado silencio por parte de instituciones y responsables políticos. Pareciera que hemos tenido en nuestra provincia y en España a lo largo de nuestra milenaria historia muchos pensadores, ensayistas y escritores de la talla de María Zambrano. Me duele Málaga que diría aquel Unamuno cuya obra fue recogida y reflexionada ya por María hacia 1940. Y es que don Blas, su padre, el militante socialista, en sus tertulias contaba con don Miguel de Unamuno y otro tal Antonio Machado entre sus asistentes y amigos. A este ritmo de olvido no descarto que pronto vuelvan otra vez a proponer quitar el nombre de María Zambrano de la estación de ferrocarril de Málaga por la pura vergüenza del desconocimiento.

HASTA la modificación de fechas del Pleno municipal por la llamada a declarar ante el juzgado de los concejales Teresa Porras y Francisco Pomares por los expedientes de infracciones urbanísticas no tramitados pasará prácticamente inadvertida en nuestra ciudad, tanto como ha pasado la elaboración de las listas del PP sin fichajes estrellas y con deserciones y castigos notables. Nadie se ha ocupado tampoco de la desaparición del panorama político de Málaga de Ciudadanos, que el año pasado competía en la loca carrera del alcalde de dar martillazos en la salida de tronos y con el contador puesto de repartir abrazos y besos en cada acto procesional. El sonido del silencio que diría Albert Rivera en su fallido debate. ¡Pobres Simon & Garfunkel!

Y es que estamos en plenas Elecciones Generales del 28 de abril con una campaña electoral de Semana Santa donde los ‘trifachitos’ Rivera, Casado y Abascal intentaron abrazarse al Cristo de la Buena Muerte para rascar unos cuantos de votos. Como están en el todo vale, también creyeron que podían faltar al respeto a los malagueños en nuestras creencias y tradiciones. Buscaban fotografiarse con la Legión o que una cámara los cogiera cantando a voz en grito "el novio de la muerte". Nada les importa usar cualquier símbolo de España para enfrentar y para dividir unos españoles contra otros. Si usan la Constitución de 1978 o la bandera por qué no pisotear la Semana Santa de Málaga. Creo que la decisión de Mena ahorró un bochornoso espectáculo a almas sensibles como la mía.

Y es que estas están siendo unas elecciones claramente atípicas. Unas elecciones donde los partidos están haciendo poca calle y poca propaganda a excepción de los candidatos que optan al cargo. Los alcaldes están más preocupados por sus elecciones del 26 de mayo que por estas nacionales y los partidos no andan tan sobrados de gente para andar movilizando con grandes actos de campañas. Así que se convoca un acto con prensa para sacar un titular y unas fotos para redes sociales y a cumplir expediente. Todos parecen conscientes que esto se resuelve en tertulias en televisiones nacionales y a golpe de noticias de informativos para atraer a esa bolsa de indecisos de las que hablan las encuestas. Y es que en eso andan Casado, Rivera y Abascal en la mentira como arma del discurso político y en el insulto cada día mayor para atraer el espacio informativo de la radicalidad y de la crispación. El PP, Ciudadanos y Vox juegan a repartirse el voto de derecha y ultraderecha.


EL pacto en Andalucía y la foto de los tres líderes de las derechas juntitos en la plaza de Colón parece que ha revuelto las tripas a tanto votante abstencionista que no quiere ni oír de permitir pistolas en nuestras casas o ir armados por las calles, ni de quienes consideran que las mujeres solo han nacido para parir o quienes siguen usando el dolor de España por los casi mil asesinados por los terroristas de ETA.

EL centro político ha sido vuelto a ocupar por el PSOE que mantiene su espacio de izquierda moderada y transformadora con un amplio paquete de medidas socialdemócratas que ha intentado implantar en los apenas 10 meses de gobierno desde medidas como la subida del salario mínimo a los 900 euros, subida de pensiones, medidas para el acceso vivienda, dependencia, universidades, recuperación de tantísimo empleo público destruido, regular una muerte digna en España, etcétera...

UNA capacidad de acuerdo y de diálogo de Pedro Sánchez que le llevó a hacer un gobierno de los mejores con relevantes personas independientes sin carné socialista mirando tanto a la izquierda como al centro. Ese es el balance que se desprende de las encuestas publicadas en las que los socialistas volverían a ser la fuerza más votada en prácticamente todas las provincias de España. Parece que mucha gente dentro del hastío generalizado va recuperando la esperanza en otra forma de hacer y de gobernar.

Y como escribía Benedetti
Defender la alegría como una trinchera,
defenderla del escándalo y de la rutina,
de la miseria y de los miserables.

Y es que en una democracia, la vida y la alegría se defienden y se consiguen votando por la España que quieres.https://revistaelobservador.com/opinion/46-camino-a-laponia/14677-una-campana-atipica

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