Movilidad Sostenible desde el coche oficial

 Movilidad Sostenible desde el coche oficial

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LA Empresa Malagueña de Transporte, nuestra EMT, pertenece al Ayuntamiento de Málaga y se encarga de la gestión del transporte urbano. Y funciona aceptablemente bien para los recursos con los que cuenta y la poca apuesta del Partido Popular por el transporte público en nuestra ciudad. Al igual que EMASA nos encontramos con empresas públicas gestionadas por el Ayuntamiento de Málaga que sirven de ejemplo de cómo LIMASA también prestaría mucho mejor servicio a la limpieza de la ciudad siendo una empresa 100% pública que con el modelo mixto privado y sus pésimos resultados.

ESO no quiere decir que no haya mil cosas que mejorar en el servicio que presta la EMT. Hasta la propia imagen de la empresa en la que se ha producido algún caso reciente que ha manchado su buen nombre: un jefe condenado a tres años y medio de prisión por estafa que, incluso se quedó a las puertas de la liberación por la cofradía del Rico, tras denegarle el indulto el Consejo de Ministros. Un hecho que publicaron y airearon los medios de comunicación de la ciudad con motivo del esperpento que acabó con una tradición centenaria de la Semana Santa malagueña.

PERO vamos a lo positivo. Al trabajo bien hecho. Un logro que debe ser compartido por las cerca de 850 personas que lo han hecho posible: desde el equipo de dirección, el personal de administración, los conductores y los trabajadores de talleres que cada día mueven miles de ciudadanos en sus desplazamientos pese a las penurias. Hace unos días se daba a conocer que en 2017 la EMT tuvo 46´6 millones de viajeros, datos que no se recordaban desde el año 2011. Un resultado que debe servir de aliciente para seguir incrementando el número de usuarios y disminuir el número de desplazamientos en la ciudad en vehículo privado. Pero no se deben lanzar campanas al vuelo ni mucho menos. Estamos a años luz, mejor dicho a muchos millones de pasajeros, de lo que mueven otras ciudades de similares características, con tasas muy superiores de desplazamientos en transporte público y donde el vehículo privado cada vez pierde más protagonismo.

EL problema se llama Partido Popular y sus carencias a la hora de implementar medidas de movilidad sostenible. Son muchos los indicadores a lo largo de sus 22 años de gobierno del Ayuntamiento que evidencian la carencia de un modelo de ciudad que piense en la gente, en una Málaga habitable y no siga potenciando los tubos de escape. El PP ha creído que peatonalizar unas cuantas calles del centro histórico era suficiente, dejando al margen el resto de los barrios de la ciudad. ¿Dónde están las zonas 30 en Málaga? ¿Dónde está el Plan Director de la Bicicleta del año 2005? ¿Y las 1.000 nuevas bicicletas y 100 nuevas estaciones prometidas para el sistema de alquiler público de MálagaBici? ¿Por qué se tarda 6 años en tener unas Ordenanzas de Tráfico Pesado en la ciudad de Málaga desde que se aprobó por primera vez? ¿Cuántos años ha estado guardado en los cajones los borradores de un plan de Movilidad Sostenible? ¿Dónde están las rutas de Camino Seguro a la Escuela? ¿Y los aparcamientos disuasorios?


EN el caso concreto del transporte público se observa la falta voluntad política de apostar por la EMT manteniendo una raquítica inversión, muy lejos de otras grandes ciudades españolas que entienden que hay que invertir en desplazamientos en bus. Aquí está la raíz del problema. Le dan una cantidad mínima para que la EMT se mantenga sin que le cueste dinero al Ayuntamiento de Málaga y con eso se presta el servicio que se puede. Y es que el alcalde de Málaga sigue viendo a nuestra empresa de transporte como un gasto y no como la principal inversión para una Málaga sostenible y habitable. No oirán al PP hablar de movilidad sostenible, mejora ambiental o de la calidad de vida en nuestra ciudad. Ni hablan ni ha estado en su agenda de gobierno.

es que el alcalde lleva casi 50 años sin bajarse del coche oficial, desde los tiempos que el tren de vapor, “la cochinita”, dejó de pasar por las calles de Málaga. Y aquí lo tenemos enfrentándose a prolongar el metro hasta el Hospital Materno, algo que él mismo acordó. Haciendo lo imposible para paralizar lo que él mismo firmó: el extender el metro a la zona norte de la ciudad de Málaga en la que residen 150.000 habitantes, uno de cada cuatro malagueños vive en los distritos de Ciudad Jardín, Palma-Palmilla y Bailén-Miraflores, y en el que hay importantes equipamientos como los hospitales Materno y Civil o el estadio de la Rosaleda al que acuden personas de toda la ciudad y de la provincia malagueña.

LOS números del Metro son incuestionables. El año 2017 se cerró con un incremento de pasajeros cercano al 10%. El metro que más crece de toda España en número de viajeros hasta alcanzar ya los 5´7 millones que lo usaron este pasado año. ¿Qué sentido tiene entonces que el PP se oponga al Metro, una infraestructura que es la mejor medida de transformación urbana que se ha llevado a cabo en la historia de la ciudad de Málaga? La única explicación es la visión cortoplacista y partidista de boicotear la principal inversión del Gobierno de la Junta en Andalucía. No busquen otra. No la hay.

ENTRE ambos, Metro y EMT en 2017 han movido más de 52 millones de pasajeros. Todo un record en una de las ciudades españolas con mayor número de desplazamientos en vehículo privado. Hay tanto por avanzar en este campo que las comparaciones son verdaderamente odiosas cuando miramos a otras ciudades que sí apuestan por la movilidad sostenible. Está claro que EMT y Metro no compiten entre sí, son compatibles y complementarios como en cualquier ciudad de Europa.

Y es que en Málaga los populares hacen lo mismo que en el Gobierno de España. Así la subvención anual al transporte público que el Gobierno de España ingresa al Ayuntamiento de Málaga ha bajado notablemente en los años de gobierno de Mariano Rajoy. Un recorte anual que ha rondado el 33%.Con los datos del propio Ayuntamiento en la mano se observa que los dos últimos años de Gobierno de Zapatero se concedieron a Málaga 4´5 millones de euros en 2010 y 4´3 millones en 2011. Mientras que con el Gobierno Rajoy en 2013 se quedó en 2´6 millones de euros y el resto de años ha rondado los 3 millones de euros. En total entre 2012 y 2016 la deuda del gobierno del PP con Málaga asciende a más de 6´5 millones de euros en materia de subvención al transporte.

CON esa cantidad se podría haber renovado parte de la antigua flota de la EMT, que falta les hace tanto para dar cumplimiento a las emisiones como por la comodidad de los viajeros. También para incorporar más personal, conductores y mecánicos más autobuses. También nos hubiese venido bien para la construcción de las nuevas instalaciones previstas en las inmediaciones de la barriada de los Prados junto al auditorio. Actualmente las cocheras y talleres de las que dispone la empresa en el camino de San Rafael están en unas condiciones insostenibles. Hasta se ha tenido que alquilar como parking improvisado parte de los terrenos de la antigua Siemens en la avenida Ortega y Gasset para depositar los vehículos que no ya prestan servicios en las calles de la ciudad. Estas nuevas instalaciones prometidas desde hace casi una década son necesarias tanto por cuestiones de operatividad de la propia empresa y como también de seguridad. Hace apenas unas semanas resultaron dañados varios vehículos históricos de la EMT que se utilizan para exposiciones sufriendo serios desperfectos por actos de vandalismo. Y es que las instalaciones actuales cuentan con más de 30 años de historia y la ciudad no es la misma ni la flota ni el personal de la propia empresa. Hasta algo tan cotidiano como necesario como es el repostaje de cada noche de los autobuses, se convierte en una operación casi imposible de realizar, sin hablar de las carencias en talleres, de las dependencias de administración y formación y del espacio de estar para el propio personal de la empresa.

TAMBIÉN queda mucho por avanzar en el servicio que se presta en muchas zonas de la ciudad o de barriadas a las que todavía no les llega el autobús o que tienen horarios imposibles que no se adaptan a la necesidad de los residentes. No voy a entrar en detalles pero hay líneas que tardan más que en llegar a Granada. Muy mejorable son también las conexiones entre distritos que hay que seguir potenciando, preparar nuevas rutas hacia el Parque Tecnológico de Andalucía, prestar mejor servicio al aeropuerto de Málaga, con los parques empresariales y polígonos industriales de la ciudad, priorizar plataformas reservadas al transporte colectivo para evitar la congestión del tráfico ganando en fiabilidad y regularidad, siendo realmente competitivo frente al uso del vehículo privado.


QUEDA mucho, muchísimo, por hacer en materia de movilidad sostenible en Málaga. La ciudad necesita ponerse al día de todo lo que no se ha hecho en los últimos 20 años.

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