La fiesta continúa

 La fiesta continúa

EN el Ayuntamiento de Málaga, ¿quién ha dicho que la fiesta ha acabado? La fiesta continúa en la capital de la Costa del Sol, ataviada con farolillos de Baños del Carmen, Campamento Benítez, cines Astoria y Victoria, Tabacalera o la antigua prisión provincial. Un no parar de proyectos inacabados, incompletos, bloqueados durante años en el escaparate de la ciudad por la incapacidad para avanzar del Partido Popular.

MUESTRA de la descomposición del gobierno municipal del PP en la ciudad de Málaga es el continuo trasvase de concejales y de cargos de confianza. Van cinco o seis crisis de gobierno en lo que va de legislatura y la cosa parece no amainar. Aprovechando su viaje Olímpico a Buenos Aires y para evitar dar la cara a los ciudadanos, el alcalde decidió despedir a uno para contratar a otro asesor para su alcaldía. Tiene a 13 miembros del PP allí metidos, en alcaldía digo, en el Ayuntamiento es imposible contarlos, mejor dicho es imposible que el Partido Popular te lo cuente. Al nuevo le sube el sueldo a 70.000 €, es decir, 3 veces más de lo que se estima gana un malagueño medio. Pero ya se sabe, con De la Torre hoy te acuestas al frente de urbanismo y mañana te despiertas llevando cultura o turismo.

EN sus 13 años al frente de la alcaldía de Málaga, para la Gerencia Municipal de Urbanismo ha nombrado hasta 7 concejales, y eso, que el presidente del consejo de Administración siempre es el propio alcalde como el reglamento evidencia. Su práctica habitual, es no pasar ni por la puerta durante años y años. No me extraña después que el nuevo edificio de la Gerencia de Urbanismo elevara su coste hasta los 36 millones de euros. Les dijo a los malagueños que iba a salir por 20 millones pero ya se sabe los “imprevistillos” de cada obra. Es tal el despropósito del sobrecoste de más de un 70% que ese edificio nunca se llegó a inaugurar de manera oficial, y mira que en Málaga hemos reinaugurado hasta parquecitos de cinco árboles que llevaban 70 años hechos cambiando tres farolas.

EN la Gerencia Municipal de Urbanismo en cuanto a cargos de confianza también podemos contar unos cuantos. Un gerente, un adjunto al gerente y un invento de hace unos meses, nombrar un coordinador. Recientemente, el PP incluso modificó los estatutos de la Gerencia Municipal de Urbanismo para que sus cargos de confianza pudiesen ser miembros del Consejo de Administración.


EL deporte extraoficial de las fechas recientes ha sido poner en entredicho la labor del personal de la Gerencia Municipal de Urbanismo para dirimir las guerras internas del Partido Popular. Para ello, no han dudado, a través de los medios de comunicación, de hacer aparecer a los empleados de urbanismo como culpables de la paralización de proyectos y obras en la ciudad. Así la Gerencia Municipal de Urbanismo paralizó el proyecto de la obra anunciada por el alcalde para la desembocadura del Guadalmedina, dejándolo en la evidencia del hoy digo una cosa y mañana la contraria. Ahora en la Gerencia Municipal de Urbanismo se dedican los esfuerzos en destrozar el proyecto de Baños del Carmen presentado por las concesionarias privadas, ya que no encaja ni con el PGOU vigente ni con el Plan Especial aprobado por el Ayuntamiento de Málaga.  El personal de la GMU no tiene en consideración la bendición del alcalde al susodicho proyecto.

OTRO de los sambenitos que acarrean los más de 300 trabajadores del urbanismo en el Ayuntamiento de la ciudad viene por el excesivo coste que suponen para las arruinadas arcas de la Casona. Desde el PP se intenta mezclar el excesivo sueldo que perciben algunos altos cargos de Urbanismo con la reducción de los ingresos que años atrás entraban vía licencias de obras y convenios urbanísticos para justificar un nuevo asalto a los bolsillos de los ciudadanos.

EL asalto ha sido perpetrado aprovechando el silencio del mes de agosto, y materializado mediante la aprobación de la nueva Ordenanza Fiscal número 15 sobre las Tasas por Actuaciones Urbanísticas. El PP pretende ingresos extraordinarios de hasta 8 millones de euros al año mediante la subida de todas y cada una de las licencias de obras, e incluso cobrando por conceptos que antes no se aplicaban como la denegación o renuncia a una licencia de obras o la nueva ocupación. De nada han valido las enmiendas socialistas solicitando esa retirada, ni las críticas de la Asociación de Promotores y Constructores de Málaga que, incluso, han realizado un estudio comparativo con el resto de provincias andaluzas que nos dejan en muy mal lugar por esas subidas.

Y estos ingresos extra de los bolsillos de los malagueños hay que sacarlos ya que el PP  ha perdonado 70 millones de euros a los bancos propietarios de los terrenos de Repsol. Para las elecciones del año 2003, Francisco de la Torre prometió el gran parque de Málaga en esos suelos ya que está situado entre los distritos más poblados de la ciudad de Málaga: Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero. Pero en el año 2006, en una rueda de prensa multitudinaria anunció que se cambiaba el futuro y la calidad de vida de 200.000 malagueños (1 de cada 3 residentes de Málaga vive allí) por un convenio para unas torres de pisos por 83 millones de euros.

PERO al estallar la burbuja de la especulación con el precio del ladrillo, las torres valían menos que el papel en la que se había firmado el convenio. Entonces Francisco de la Torre le perdonó 72 millones de euros pendientes de pago a las Cajas de Ahorro gallegas, propietarias de esos suelos. Solo se entiende esa generosidad sin límites del PP con el dinero de los malagueños para ese gran regalo al presidente de la Xunta de Galicia, su compañero del PP gallego Núñez Feijóo. De la noche a la mañana, Málaga se despertó con 70 millones de euros menos. Ahora tenemos unos suelos que supuestamente valen 70 millones de euros pero que nadie los compra y que nadie los quiere y, por otra parte, somos socios del “Banco Malo”, ya que esos suelos fueron entregados en su día por la entidad bancaria propietaria como activos tóxicos.

Y la fiesta continúa.

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