Un sincero reconocimiento a la persona de Marcelino Camacho, fundador y primer secretario general de Comisiones Obreras, militante comunista.
Su figura queda unida a la historia de España con mayúsculas de fuego. Una vida dedicada al compromiso con la libertad, con la democracia, con los derechos de la clase trabajadora, con la transición y con la lucha contra el franquismo. Sobran palabras, queda el trabajo de su vida, cuyos logros, conseguidos por tantos hombres y mujeres, disfrutamos en la actualidad.
Su nombre pasará a ocupar los espacio públicos de ciudadanía, calles, plazas y parques de ciudades, una labor de propuesta que en honor deben realizar las CC.OO. y apoyar los distintos grupos políticos de los municipios.
En estos tiempos, en los que desde la derecha más radical se intenta deslegitimar a las organizaciones sindicales en España, hay que dar el paso firme de perpetuar su compromiso con los valores de la democracia española. Marcelino y Josefina Samper hace años que nos pertenecen a todos, pertenecen a la memoria ilustre de la España constitucional.
Marcelino Camacho es fiel reflejo de la frase de Pablo Iglesias: “Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas, ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes”.
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