Málaga tiene un encanto especial. Tan especial para mí como el cada cual ve en su ciudad. Los que suelen ver en Málaga únicamente sol y playa, desconocen el gran valor que atesora la capital de la costa del sol: su gente. En estas fechas entre vacacionales y de tradiciones, la Semana Santa y Málaga se vive en la calle. A la muchedumbre en determinados lugares, siempre hay calles, esquinas en las que ver en primera línea estampas de impacto.
Pero no hablar más que de mi ciudad, olvidando el marco de la provincia, sería imperdonable. Podría citar algunos ejemplos de los pueblos del interior cuya solemnidad y humildad no tiene que envidiar en nada a las grandes hermandades. La menor riqueza se compensa con el fervor popular a sus titulares y el marco incomparable de sus calles.
Con independencia de nuestras creencias personales, la semana de pasión malagueña deja imágenes inolvidables. La cultura malagueña tiene marcada en oro en el calendario los desfiles procesionales. Tengo mis preferencias pero no las desvelo. Todas merecen el mismo respeto, grandes y pequeñas, afamadas y cofradías de barrio.
El jueves y el viernes santo en Málaga no dejan indiferente. Aún estás a tiempo de vivir una noche única.
Pero no hablar más que de mi ciudad, olvidando el marco de la provincia, sería imperdonable. Podría citar algunos ejemplos de los pueblos del interior cuya solemnidad y humildad no tiene que envidiar en nada a las grandes hermandades. La menor riqueza se compensa con el fervor popular a sus titulares y el marco incomparable de sus calles.
Con independencia de nuestras creencias personales, la semana de pasión malagueña deja imágenes inolvidables. La cultura malagueña tiene marcada en oro en el calendario los desfiles procesionales. Tengo mis preferencias pero no las desvelo. Todas merecen el mismo respeto, grandes y pequeñas, afamadas y cofradías de barrio.
El jueves y el viernes santo en Málaga no dejan indiferente. Aún estás a tiempo de vivir una noche única.
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