No vamos a tratar de esclarecer aspectos de esta corriente de pensamiento de la antigua Grecia, ni vamos a hablar del fundador de la misma Antístenes, ni de Diógenes su más reconocido discípulo.
La reflexión sobre el cinismo como actitud política irresponsable e impúdica me ocupa mientra veo "España Directo" en una tarde de domingo.
A algunos dirigentes del PP no les ha valido con aprovechar la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en 2006 para forrarse, llenándose los bolsillos y las cuentas en paraisos fiscales a costa de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
500.000 abortos en los 8 años de gobierno del PP en España (1996-2004), y para sorpresa mía, el Presidente del Gobierno de España en aquella "inolvidable" etapa, José María Aznar y su Ministra Esperanza Aguirre, acuden y se convierten en estrella de la multitudinaria protesta contra la reforma de la ley del aborto.
Otra de cinismo pepero la del señor Rajoy. A día de hoy sigue de lider de la oposición en el congreso de los diputados. Ni el Gurtel, ni el caso Palma Arena, ni la financiación irregular de su PP le llevan a presentar su dimisión.
Habla de regeneración democrática de las instituciones el Presidente de un partido con sospechas de haber aprovechado el gobierno de comunidades autonómicas como Galicia, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid y de las Islas Baleares y de innumerables ayuntamientos de Madrid y Valencia para robar a manos llenas el dinero de los contribuyentes.
Cesa a Ricardo Costa, tarde y mal y además el único que no tenía medio para adjudicar obras ni contratos de la administración valenciana.
Presuntos "chorizos" que tratan de llegar al Gobierno de España para saquear las arcas públicas , para mantener ese estilo de vida de riqueza, de triunfadores de la gomina, del pelotazo y las comisiones ilegales.
Simulando aquella serie de Antonio Mercero, presuntamente, los ladrones han cambiado la oficina por los despachos en el Senado, en el Congreso de los Diputados, de los Parlamentos valencianos y madrileños y por la sede de la calle Génova.
El daño a la credibilidad de la clase política y en las instituciones públicas parece irreparable mientras Rajoy permanece de presidente del principal partido de la oposición.
La reflexión sobre el cinismo como actitud política irresponsable e impúdica me ocupa mientra veo "España Directo" en una tarde de domingo.
A algunos dirigentes del PP no les ha valido con aprovechar la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en 2006 para forrarse, llenándose los bolsillos y las cuentas en paraisos fiscales a costa de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
500.000 abortos en los 8 años de gobierno del PP en España (1996-2004), y para sorpresa mía, el Presidente del Gobierno de España en aquella "inolvidable" etapa, José María Aznar y su Ministra Esperanza Aguirre, acuden y se convierten en estrella de la multitudinaria protesta contra la reforma de la ley del aborto.
Otra de cinismo pepero la del señor Rajoy. A día de hoy sigue de lider de la oposición en el congreso de los diputados. Ni el Gurtel, ni el caso Palma Arena, ni la financiación irregular de su PP le llevan a presentar su dimisión.
Habla de regeneración democrática de las instituciones el Presidente de un partido con sospechas de haber aprovechado el gobierno de comunidades autonómicas como Galicia, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid y de las Islas Baleares y de innumerables ayuntamientos de Madrid y Valencia para robar a manos llenas el dinero de los contribuyentes.
Cesa a Ricardo Costa, tarde y mal y además el único que no tenía medio para adjudicar obras ni contratos de la administración valenciana.
Presuntos "chorizos" que tratan de llegar al Gobierno de España para saquear las arcas públicas , para mantener ese estilo de vida de riqueza, de triunfadores de la gomina, del pelotazo y las comisiones ilegales.
Simulando aquella serie de Antonio Mercero, presuntamente, los ladrones han cambiado la oficina por los despachos en el Senado, en el Congreso de los Diputados, de los Parlamentos valencianos y madrileños y por la sede de la calle Génova.
El daño a la credibilidad de la clase política y en las instituciones públicas parece irreparable mientras Rajoy permanece de presidente del principal partido de la oposición.
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