Feria de Málaga 2009

Hoy es martes 18 de agosto. Han pasado ya tres días de intensa Feria. Los que no conozcan la fiesta mayor de Málaga no pueden llegar a hacerse una idea de la riqueza de nuestra semana grande. Mañana, tarde y noche pueden ser vividas y compartidas con ganas de disfrutar, de reir, de bailar. Málaga respira buen ambiente, la alegría se dispara entre niños, jóvenes y mayores.

Las fiestas del patrón en Santiago o los Sanfermines pero con playa en la que poder descansar al sol con el rumor de las olas que actúa como recargador de energía antes de volver a las calles, a la música, a los colores. No hay quien aguante el ritmo y siempre se necesita de tirar de un día de mayor tranquilidad, de descanso, de reposo, de terapia para recuperar los sentidos. Unas fiestas en agosto donde se prepara con mimo hasta el último detalle por parte de peñistas, asociaciones, cofradías, caballistas, casetas discotecas o bares del centro histórico.

El cosmopolistismo de la ciudad y la costa del sol se traslada a las calles y al real de la Feria, formando una mezcla heterogénea de idiomas. El vino dulce de Málaga, oro líquido que se exportaba a los paladares más potentados del mundo durante siglos, se socializa. La moderación es el mejor antídoto a sus propios efectos. Catavinos y abanicos comperten complementos.

La malagueta se engalana para las corridas de toros cuyo público se mantiene fiel a las tradiciones. Verdiales inundan las calles, sevillanas, malagueñas, orquestas junto a los mejores dj´s del momento que, enlatados, o en directo dan cobertura a la Feria.

Una tapa de callos a 35º centígrados se convierten en un elixir, un guaraná con garbanzos, que permite que los músculos sigan moviendo el cuerpo. Nuestra tradición marinera garantiza el abastecimiento de todo tipo de pescados y mariscos. Helados hasta de boquerones en vinagre para rebajar la temperatura. El gusto se dá un festín en cualquier rincón de la ciudad.

La fiesta se convierte en obligación, contagiada por esa forma de ser hospitalaria de los malagueños. Es imposible permanecer ajeno a la marea humana que mantiene viva la Feria durante 24 horas. Quien ha venido una vez repite. Ya vamos por 6 millones de visitantes. El próximo año más.

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