Vacaciones y el museo en casa


Hoy no voy a expresar mi opinión ni sobre la polémica desatada sobre el papel de la monarquía española para eso está el blog de Anasagasti, ni sobre la retirada de la revista "El Jueves", ni siquiera sobre la tasa de paro que nos hace acercarnos al club selecto de los países del pleno empleo, ni sobre el goteo incesante de detenciones de etarras, que por otra parte éstos podían entrar en razón tras cuarenta años de violencia que buena falta nos hace vivir en paz y en libertad.

No es que estos temas no merezcan una reflexión profunda pero el común de los españoles, como todos los años llegando estas fechas, estamos más ocupados en las vacaciones veraniegas. El mes de julio se marcha y con agosto aumenta el número de ciudadanos que se toman un merecido descanso tras un agotador año laboral.

Es cierto que no todos tienen el privilegio de permitirse una escapadita vacacional ya sea por carretera, estación de tren o aeropuerto. La subida de las hipotecas y la dificil tarea del ahorro por la carestía de los productos básicos de consumo acaban cercenando de antemano la ilusión y las maletas de viaje de muchos españoles.

Para los afortunados que pueden salir de vacaciones, desconectar de la rutina del día a día, marcharse a conocer gentes, lugares y culturas aunque sea por una semana. Son muchos los que optan por visitar el pueblo de origen y a los familiares ya que tampoco es necesario para descansar y recargar energías recorrerse el continente asiátic o hacer escalas de horas interminables en los aeropuertos de medio mundo.

No soy yo el más apropiado para hablarles sobre la prudencia a la hora de conducir, ni sobre la vigilancia sobre nuestras pertenencias tanto en los lugares de tránsito o destino, ni sobre la idoneidad del protector solar ante las anunciadas altas temperaturas veraniegas para eso ya están las campañas de información y concienciación que las administraciones públicas emiten año tras año.

Mi recomendación pasa por la autocontención a la hora de adquirir objetos durante nuestras vacaciones, ante la imposibilidad de convertir nuestras casas en museos de curiosidades y ante la práctica que se sigue durante el resto del año al utilizar las compras como terapia contra el estres acumulado ya que podemos correr el riesgo de colmatar el espacio en el que vivimos inútilmente.

Se acerca el día en el que al vecino de enfrente o a tu amigo Paco le puedas comprar o cambiar una figurilla de una pirámide que se trajo de Egipto o la taza de recuerdo de La Habana por un pareo exótico que compraste en aquel puesto en el caribe o por la concha con la que hiciste el camino de Santiago.

Una tradición muy a lo americano pero es que el espacio tiene sus límites y el trueque pasará a ser una actividad vital tras las vacaciones.


Comentarios

katzelian ha dicho que…
no ve que tio, eres el 14 en la candidatura socialista, pero que mala suerte no estas en el ayuntamiento jajajaja tan solo habeis conseguido 12 escaños.
Sergio Brenes ha dicho que…
Te veo muy bien informado pero para tu tranquiidad que esté o no en el Ayuntamiento de Málaga no va a cambiar mi percepción de la necesidad de cambio en la sociedad.
En cuanto a lo que tu consideras mala suerte hay un antigua historia de China sobre la suerte que te recomiendo que leas y que apliques a ti mismo,lo importante es estar a gusto con lo que haces y no ser consevador ante la vida.
De todos modos ya he visto tu cometido en el mundo jajaja el luchar contra los escritos de los progres, pequeña tarea la tuya, pues mucha paciencia.
katzelian ha dicho que…
Bueno, uno hace lo que puede, yo tan solo soy un simple muchacho con ganas de luchar por lo que creo, nada mas ni nada menos que eso.