colaboración con la revista El Observador
AÑO tras año, los polvorientos tapices o las empantanadas alfombras solo ocultan deudas. Hay quienes tratan de sobrevivir mediante divinas palabras que ilusionen nuevamente los ciudadanos, abusando del recurso inagotable de titulares vacíos, tocados por la incapacidad de materializarlo en proyectos. El síndrome del “romanticismo del presupuesto”.
AÑO tras año, los polvorientos tapices o las empantanadas alfombras solo ocultan deudas. Hay quienes tratan de sobrevivir mediante divinas palabras que ilusionen nuevamente los ciudadanos, abusando del recurso inagotable de titulares vacíos, tocados por la incapacidad de materializarlo en proyectos. El síndrome del “romanticismo del presupuesto”.
LOS
reales números de las cuentas municipales se han convertido en el
enemigo del romanticismo del deseo inacabado. Así el edificio del
Ayuntamiento de la ciudad con un siglo a sus espaldas apenas resiste las
grietas por las que se escapan los dineros. Las tardes en la Casona son
un privilegio cuando el silencio de los pasillos y la oscuridad de los
techos altos se apoderan del espacio y desaparecen desconchones en
paredes y las humedades del techo.
LO
que es una novedad en Málaga es una sede de la Gerencia de Urbanismo
con goteras. Aunque peor fueron esos chorros de millones que llovieron a
los malagueños, que bajo forma de piel inteligente, nos colocaron unos
cristales que encarecieron la obra de 19 millones de euros hasta los 35 o
36 millones. Ese baile cotidiano de millón abajo o 17 millones arriba
en los proyectos de esta ciudad es una operación de opacidad o falta de
transparencia de la que el gobierno del PP hace gala.
AÑO
tras año, el cuento del presupuesto anual. Lluvia de millones
inexistentes. Dinero que solo lo sustenta el papel y que es imposible de
gastar. Un Ayuntamiento que fue arruinado y saqueado en los años de
abundancia y que arrastra una deuda insoportable cercana a los mil
millones de euros y pese a los cientos de millones de euros de suelo
municipal que se vendieron años atrás.
ES
tan irreal el cuento presupuestario del PP en Málaga que en el caso del
presupuesto de la Gerencia Municipal de Urbanismo no llega a ejecutarse
ni a una tercera parte. No es un mal de la crisis, era un hecho
contrastado en los años del boom de la construcción donde en las cuentas
municipales entraban 5 y salían 15. En el año 2011, según la Cuenta
General del propio Ayuntamiento de la ciudad, continua la agonía de la
gestión del equipo de gobierno del PP, que ha sido incapaz de
desarrollar sus propios presupuestos más de un 22´71 por ciento en las
obras presupuestadas por urbanismo.
AHORA
nadie se hace responsable de los más de cien millones de euros que
costaron el museo fantasma de las gemas, la compra de los edificios de
antiguos cines en ruinas, la segunda piel de urbanismo o de un Echegaray
cuya rehabilitación ya disparatada en incrementos presupuestarios ahora
necesita de otra nueva insonorización para evitar que se escuchen las
campanas. ¡Cuántas denuncias públicas de ciudadanos indignados por obras
que se hacían y rehacían cada semana¡ ¡Cuántas calles cuyo acerado se
renovaba y posteriormente llegaba EMASA y abría una zanja para una
tubería olvidada.
PERO
la situación del Instituto Municipal de la Vivienda, en el año 2011, no
resultó más brillante. Pese a la insoportable tasa de paro en el
sector de la construcción no contó ni con un solo euro destinado a la
rehabilitación de inmuebles en la ciudad. A finales de 2012, cuando en
la ciudad de Málaga se superan los 80.000 desempleados el Instituto de
la Vivienda decide desistir de la construcción de 70 viviendas para
atención social en calle Jerusalén, convenidas desde el pasado año con
el Gobierno de España y la Junta de Andalucía, a la espera de encontrar
quien le preste a nuestro Ayuntamiento la cantidad necesaria. El
Instituto Municipal de la Vivienda no llegó a ejecutar más del 22´8 por
ciento el pasado año 2011, igualmente asustan los bajos niveles de
cumplimiento en las cuentas de años anteriores.
PODRÍA
pensar el malagueño que el PP ha estado volcado en el sector del
turismo y en las playas que son una fuente de atracción de riquezas y de
empleo para la ciudad. Según los datos de ese algodón que no engaña,
que es la Cuenta General del propio Ayuntamiento, las inversiones en
Turismo no llegaron al 35 por ciento y en Playas ni al 33 por ciento.
PARA
mayor desconsuelo llegamos al capítulo de ingresos presupuestados y su
grado de ejecución. Se puede admirar como el equipo de Francisco de la
Torre había previsto recaudar por multas 16´3 millones de euros y para
diversión y felicidad del personal llegó a cumplir hasta el 123´27 por
ciento, superando los 20´1 millones.
EL
Pleno del Ayuntamiento de Málaga, en el mes de noviembre, traerá una
pedrea de millones a las arcas municipales. Esos millones presupuestados
para 2013 son en buena parte de cartón piedra, y como las figuritas del
Belén, pasarán al desván esperando desempolvarlos cuando llegue la
próxima navidad y el próximo presupuesto, puro romanticismo para el 2014
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