El Derecho a la Huelga

 
(colaboración con www.malaga101.com)

El gobierno Rajoy acumula en un año dos huelgas generales. Jamás se había producido ese hecho en España pero tampoco se habían acometido tantos abusos en forma de recortes contra la población española que soporta una tasa de paro de un 25 %.
 
Pero nuevamente la respuesta del PP, a través de la presidenta de esa formación en Madrid, fue emprenderla a patadas contra los derechos constitucionales “que se prohiba la huelga general”. Le tocaba a la señora Esperanza Aguirre pisotear u olvidar, póngale cada uno el verbo que considere, el Artículo 28.2 de la Constitución española que dice: Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses”. 
 
Hace unos día fue el ministro del Interior el que venía a decir que le importaba un pimiento o dos lo que haya sentenciado el Tribunal Constitucional sobre el matrimonio de personas del mismo sexo. "Juro o prometo cumplir fielmente las obligaciones del cargo, con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución”
 
La reforma laboral del PP que entró en vigor el pasado 12 de febrero, lejos de dar sus frutos generando empleo, hace que la ministra de Empleo del gobierno tenga que salir en televisión a pedir piedad o “sensibilidad” a Iberia ante los miles de despidos previstos. ¿Dónde ha quedado la potestad del gobierno de España y de los sindicatos en la defensa de los trabajadores?

 

 Hace unos días cayó en mis manos una hoja informativa de la Unión General de Trabajadores (UGT) convocando a la Huelga General del 14 de noviembre. Algunas de la razones que llaman al paro general contra la política que abarata el despido mediante la reforma laboral y se hace más fácil, más barato y más rápido. Se reducen las prestaciones por desempleo. Se fomenta la precariedad en los jóvenes, condenándolos al subempleo y al desempleo.

 
Se fomenta la privatización de los servicios públicos como el transporte sanidad educación y comunicaciones. Aumento de impuestos a la ciudadanía como el IRPF y el IVA Repago farmacéutico, paralización de la Ley de la Dependencia, deterioro de la enseñanza pública...
 
 Son muy amplias y muy personales las motivaciones que ante la convocatoria de paro general pueden afectar a cualquier ciudadano español ya se considere clase trabajadora o clase media. Ninguno se ha escapado a los recortes en servicios, ni de sus derechos. Bueno algunos pocos, los más privilegiados, puede que no hayan encontrado motivos para secundar ese paro. La desigualdad entre ricos y pobres encuentra en la crisis grandes oportunidades.
 
 La ambiciosa en justicia labor emprendida por aquellos primeros militantes obreros, que pusieron en marcha ese sindicato allá por 1888, aún no ha acabado. Es síntoma que los derechos igual que se consiguen, también se pierden si no se protegen. En el caso de los derechos laborales cualquier parón acaba desembocando en un retroceso. Más de 124 años de historia, de compromiso para conseguir cualquier avance por pequeño que sea. Ningún logro social ha sido un regalo.
 
 La Unión General de Trabajadores ha tenido que hacer frente a muchas dificultades incluidas dos dictaduras, una de hasta cuarenta años de vigencia con mecanismos de represión que llevaron a la detención y asesinato de sus dirigentes en cada pueblo y al exilio a miles de personas.    
 
 La Unión General de Trabajadores extendió sus reivindicaciones al campo y al trabajo de los jornaleros sin tierra. Ese trabajo desarrollado en las tres primeras décadas del siglo XX llevaron a que el sindicato socialista llegase al millón de afiliados con la proclamación de la República.
 
 Aún pervive en nuestras relaciones laborales algunos de los logros que el antiguo dirigente ugetista Francisco Largo Caballero, como ministro de Trabajo del primer gobierno republicano, puso en marcha: jurados mixtos, jornada máxima, salario mínimo, regulación contratos laborales, los convenios colectivos y un largo etcétera...
 
 Las Comisiones Obreras soportaron el peso de la lucha por las libertades en las fábricas españolas del franquismo. Líderes como Marcelino Camacho han grabado en oro páginas negras de la consecución de los derechos laborales en España. ¿Cuánto le debe la sociedad española a las CCOO? 
 
 La actual reforma laboral también está pendiente de un pronunciamiento del Tribunal Constitucional. El pasado día 5 de octubre hasta 9 puntos de esa reforma fueron denunciados por incumplir el texto constitucional y vulnerar los derechos de los trabajadores. La admisión a trámite ya se ha producido. Es una pena que la Defensora del Pueblo, Sra. Soledad Becerril, histórica dirigente del PP, no encontrase esos motivos cuando CCOO y UGT le trasladaron su posible inconstitucionalidad.     
 
 La guerra de cifras y de participación se han convertido en leyenda. Para unos el manifestante es su tercera parte o por el contrario es elevado a ene. Muchos trabajadores que quieren ir a trabajar y no pueden. Muchos otros que no pueden ejercer su derecho a huelga bajo “recomendaciones” de todo tipo por parte del empresario.
 
 Los jóvenes de la democracia tenemos pendiente el asumir el papel de los sindicatos en la consecución de los niveles de libertad y bienestar alcanzados en la sociedad española. Nuestros mayores siguen dando ejemplo diario de solidaridad y compromiso por un mundo mejor para sus hijos y nietos del que ellos tuvieron.
 
 El partido que soporta el Gobierno de España debe aprender que los derechos de los ciudadanos no son un mero trámite que recortar. Y que cada uno de los manifestantes, personas, que van a la huelga no es un número al que dividir por 25, en función de la búsqueda de un titular.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Que un socialista como usted vaya de sindicalista despues de lo que hizo su partido en material laboral es para hacerselo mirar